+34 620 418 208 giselegarcia@masddos.com

Me doy cuenta que no he escrito nada sobre mi «producto / servicio» preferido:
A la búsqueda del Elixir.

¿Será porque le tengo mucho cariño que lo quiero proteger? o porque es un éxito en si mismo, no requiere comentarios.

En la última sesión del Elixir, sucedió algo distinto que me hizo reflexionar sobre los equipos compuestos por millennials en su gran mayoría.

En el Elixir el equipo trabaja dos días sobre:

  • De donde vienen (historia de la empresa) . Mirada sistémica: «relación con la antigüedad y orden de llegada»
  • Quien son como personas. Mirada sistémica: «Orden de contribución y reconocimiento individual»
  • Quien es el equipo como equipo. Mirada sistémica: «Identificación con un ADN común»
  • Donde están hoy y los desafíos. Mirada sistémica:  «Ver la realidad como es»
  • Los bucles limitantes.  Mirada sistémica: «Palancas de retroalimentación y compensación»
  • El cambio de perspectiva hacia la meta. Mirada sistémica: «Cambio de observador»
  • La movilización a la acción con el equipo que eligen ser. Mirada sistémica: «Nueva mirada»

¿Cómo era el equipo de millennials?

Como nos los han descrito los medios: Hiper-conectados, abiertos al mundo, tolerantes con la diversidad, muy exigentes con el entorno y con la organización, respetuosos con los valores de protección de la tierra. Personas que los primeros años de sus vidas hasta la edad laboral lo han tenido todo sin mucho o casi ningún esfuerzo. Su nivel de compromiso con la empresa y paciencia es bajo y cortoplacista a la vez que el nivel de individualismo es alto. Es «lo quiero ahora»

Es cierto que como coach y como persona no me gusta nada las etiquetas por colectivos. Seguro que todos tenemos ejemplos de cincuentañeros con esa descripción y treintañeros en su opuesto.

Sin embargo, me encontré con un equipo así.

El challenge fue llevarles a reflexionar sobre los desequilibrios que provocan en su sistema de equipo de trabajo con los hábitos de «Yo primero ahora mismo, sino no juego pero en el fondo soy muy bueno»

Encontraron soluciones que combinan sus valores con sus necesidades y las de la organización.

  • Estar más informado que la generación anterior (circularidad imprescindible) y se comprometen a pedir la informacion y no esperar que les llegue.
  • Estar movilizados por personas con pasión que les hace co-creadores de la visión y empoderarse de la pasión (con amor) para los proyectos del equipo. No necesitan que les motive nadie. Solo que haya una movilización hacia un algo deseable.
  • Que les dejen trabajar de manera individual  y confíen en su talento aunque los resultados son para todos y después de hacer su parte, estar en cooperación.
  • Que reciban a cambio diferenciación (salarial, promoción, poder de acción) por su aporte individual que permita darles mas libertad de impactar en el global
  • Gestionar los recursos escasos de la empresa con frugalidad. es decir de la misma manera que lo hacen en casa (los que viven fuera del hogar de los padres)
  • Seguir exigente con la organización en no aceptar ni la culpa ni el paternalismo y a cambio aportar responsabilidad 100% de las acciones del equipo y de todos como personas individuales.
  • Entender que un sistema es más fuerte que la suma de las personas.

Esta reflexión me lleva a preguntarme si los managers de hoy están preparados para liderar este equipo que en la espiral dinámica de Clare w. Graves puede pasar del nivel 5 al 7. o si un equipo así podría con el paso de los años irse más abajo, en el peor de los casos caer al 4. (como es el caso tristemente del sistema de todo un  país como es Brasil). Puede que esté dramatizando.

Ser manager, Lider es un oficio y requiere reflexión, autoconocimiento, dominio de su ser y saber hacer,  desarrollo de las cualidades personales mucho mas que conocimientos profesionales, estar en su sitio como «manager». Muy pocos lo tienen claro. Muchos tienen tareas objetivos que cumplir como manager que les lleva también a una acción individualista y cortoplacista.

Me gusta compartir esta reflexión a quien le apetezca comentar, bienvenido sea abrir perspectiva.

Gisèle Garcia Cano